jueves, 21 de abril de 2016


Fragmento.


Y te deje ir...

Inconcluso, así me siento.
Me siento incompleto, desgastado, a medio armar y las razones no son otras que tu cruel ausencia y mi deseo de volverte a ver.
Siento el alma espesa dentro de mi, un amargo sin sabor sigue constante en mi garganta, es el sabor del silencio, de lo que siempre he evitado decir. El sabor de un millón de palabras que intentan vanamente en escapar  para ser oídas, por que para ellas solo eso es suficiente, salir de mí e ingresar en alguien más. En ocasiones, las dejo huir, para ser entendidas por cualquier oído,hasta por el mio propio. Pero me aterra la idea que sean escuchadas por ti, por que cada una de ellas intentará recuperar lo irrecuperable entre nosotros. Cada una de ellas intenta  convencerme de lo equivocado que estaba al arrancar de mi libro de notas cada pagina en la que estaba escrito tu nombre al lado del mio. 
El vacío es desmesurado, lo hilos y las ataduras que enlazamos fingidamente entre nosotros , no pudieron sostenerse, no pudimos crear el universo magnifico que soñábamos , ni tu eras feliz, ni yo lo era. 
Tú te esforzaste en incluir en tu vida a un sombrío amor y yo intentaba convencerme que el afecto y que  el calor que me brindabas era sincero y que no solo sentías lástima por mi.
¿Cuanto esfuerzo desgastamos en complementarnos? ¿cuan difícil fue para nosotros arremeter en contra del mundo y lo que era estipulado "normal"?¿ Cuan estúpidos fuimos al intentar escapar de este, el verdadero plano existencial, solo para ver que ninguno de los dos era el uno para el otro?

 Mis impulsos pudieron mas que mis deseos, y para mi la comodidad conmigo mismo era mas importante que el esfuerzo que tenia que invertir en intentar ser comprensivo con tu excentricidades y manías. Pudo más la falsa apariencia que tenían los demás sobre mi que la felicidad que un ser diferente pudiera ocasionarme.
Es difícil para mi tener las cosas claras, por que por una parte, me brindaste  el cariño que jamás sentí. Ese amor incondicional hacia todos mis defectos, esa comprensión en mis peores momentos, esa  loca lucidez que era necesaria para nuestro diario vivir. Esas cosas que muchas personas consideran indispensables pero casi imposibles de obtener en alguien más. Pero por otro lado estaban mis deseos de seguir, de formar en mi un carácter fuerte, aunque solitario y compulsivo. Mis deseos de egoísmo, mi falsa comprensión hacia tu natural e inevitable forma de ver el mundo, produjeron en mi un terrible castigo. Un casi arrepentimiento sobre lo superficial que fui. 
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Es por eso que estoy incompleto, por que a pesar de todo  te llevaste de mi un millón de sonrisas que nunca fueron fingidas, millares de suspiros, un conjunto de sentimientos desconocidos, muchos abrazos cálidos que me recordarán por siempre lo increíble que se siente la energía de un alma vieja en un cuerpo joven. 
Sin embargo, estoy feliz, por que aprendí mucho de ti, me enseñaste el valor de una mirada sincera, de un gesto amable, de un te quiero sin miedos ni ataduras. 
Y,  no me lamento al saber que todo eso no puede rescatarse, que no puedo arrancar del pasado esos momentos y traerlos al presente, por que afortunadamente nuestros horizontes cambiaron, se resuelven nuestras vidas día a día, y al final de todo, será mas valioso recordar lo vivido y dejar que te lleves una mis sonrisas otra vez, que repetirlo y lamentarnos por lo que pudo o no haber sido. Cada uno vive ajeno al otro, esforzándose por conseguir lo que más anhelamos. 

Siempre he dicho que todo pasa por alguna razón, y si nuestras decisiones nos llevaron a tomar rumbos separados seguramente pasó por que era lo que mas convenía entre nosotros. O por que no era favorable para ti  que un ser como yo ocupara un lugar tan grande en tu  corazón.

Y sí  te dejé ir, por que no pude seguir siendo egoísta, por que me brindaste amor a montones y yo no pude corresponderlo, por que no podía abrazarte con sentimientos incompletos, por que mi gratitud hacia ti no era suficiente para corresponder todo lo que sentías, por que nunca pude quererme lo suficiente para entender que tu si podías hacerlo por mi. por que desconozco las formas de brindar cariño, por que a pesar de quererte no podía retenerte.

A ti.

Mi D, Te entiendo perfectamente, más de lo que crees.
Y no solo por que he escuchado tu llanto, o por que conozco mucho de tu vida, o por que he sido testigo de mucho de lo que ha pasado; te entiendo por que yo también lo he vivido, lo he sentido en mi carne frágil, lo he visto con mi propia alma.
Soy consciente del dolor, pero reacciono a él de forma distinta, ¡lo disfruto!, lo abrazo, lo hago parte de mí, lo llevo de la mano siempre.
Ahora, seguramente no le encuentras sentido, no comprendes que ese absurdo y doloroso sentimiento te va a acompañar siempre y posiblemente nunca lo hagas.
De algo estoy seguro hermosa, lo olvidarás, en algún momento dejarás de pensar, vivirás tu vida sin ser consciente de la impotencia que sientes, puedo asegurarlo.
Y lo harás no por que todos tus problemas se van a solucionar de la noche a la mañana ( nunca pasará, los problemas y los tropiezos siempre harán parte de ti, de todos), lo harás por que simplemente pasarás por alto eso de "sufrir", ese vacío se hará cada vez más pequeño, pero sólo depende de ti y de la fuerza interior que ha hecho posible que hagas cosas grandiosas.
Así mismo como tus monstruos aumentan su capacidad para herirte, tu aprenderás la forma de controlarlos, de hacerlos diminutos y de (lamentablemente) vivir con ellos.
Entiende que siempre vas a llorar, así como de tristeza, también de alegría.
La vida no es tan mala después de todo.
Hay una luz para todos, un rayo de esperanza, pero nadie va a encontrarlo para ti, tu misma deberás buscar, por tu cuenta.
El valor y la fuerza solo saldrá de tu interior y aceptarás al fin que el dolor es necesario para vivir.